Quien tenía buena tecnología ha continuado cerrando operaciones, porque ahora la crisis acelera la digitalización inmobiliaria del día a la mañana y viene para quedarse.
Las agencias han podido grabar visitas virtuales a los inmuebles que comercializaban, tienen ya citas concertadas para verlos en la reapertura y han podido firmar contratos de alquiler o de arras.
La tecnología, sin embargo, ha llegado para quedarse. Los clientes ya han integrado los videos en los anuncios de inmuebles y las reuniones por videoconferencia y esas herramientas se van a normalizar.
La digitalización del sector ha avanzado más en dos meses que en diez años, corrobora Moisés Ruiz, gestor de la red de servicios de listado múltiple (MLS).
El gestor considera que la tecnología es uno de los factores que impulsarán una mayor concentración de inmobiliarias. El 95% de la tecnología es muy asequible para cualquier agencia.
En cambio hay soluciones como los CRM (programas para la gestión integral de la agencia) que son inasumibles para una firma independiente.
La tecnología, además, necesita asesoramiento porque ante la avalancha de proveedores a veces el problema no es el precio sino encontrar el sistema que seguirá en el mercado en unos años.
Cambiar todos los programas y mantener funcionales las bases de datos es un infierno. Y así convertir la tecnología en una herramienta del negocio, que genere ingresos y baje costes.
La intermediación inmobiliaria es un sector muy atomizado en España: el 96% de las empresas tienen menos de seis empleados, según datos de la consultora DBK del 2018.
Apenas una decena de redes cuentan con más de 200 oficinas, cuando en Estados Unidos las empresas líderes tienen más de 7.000, aunque no son comparables.
En periodos en que el negocio va solo, todo el mundo está bien yendo por su cuenta, y cuando empieza a ponerse difícil es cuando los empresarios asumen la necesidad de colaborar.
El consejo de los API impulsa una confederación que agrupe a las diferentes asociaciones inmobiliarias, para hablar con una sola voz ante la administración en temas como las malas prácticas.
Trabajar en red
Trabajar en red, con negocio que aporta otra agencia, permite que la agencia defienda los intereses del comprador o del vendedor, de sólo uno de ellos, que obtiene claramente un mejor servicio.
Las redes también ofrecen a los API formación, acceso a las novedades jurídicas, asesoramiento fiscal y legal y, en un mercado frenado, acceso a una amplia red de compradores.
Fuente: La Vanguardia
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