La crisis de la Covid-19 ha dejado evidencia de que es urgente invertir más en políticas de vivienda, ha dejado tras de sí a miles de familias sin trabajo o sin ingresos de forma temporal.
Una situación de vulnerabilidad que tendrá sus consecuencias en el mercado residencial y en el acceso a la vivienda, ya que muchos ciudadanos no podrán hacer frente al pago de sus casas.
¿Cómo está afectando la crisis de la Covid-19 a la vivienda?
De manera muy directa, al alquiler. Las entidades dedicadas al arrendamiento social nos hemos encontrado que entre el 20% y el 40% de los hogares que gestionamos no pueden pagar las rentas.
¿Qué se puede hacer?
Las medidas que se han puesto en marcha para aliviar esta situación como son las moratorias o la petición de créditos para devolverlos a intereses bajos y avalados por el Estado se deberán mantener en el tiempo.
Hay quienes han recuperado el empleo, pero también hay muchos que no volverán a trabajar de forma inmediata, y nos enfrentamos de nuevo a la emergencia de los desahucios. Para evitarlos se deberá dotar de más inversión a las ayudas del alquiler .
¿Es similar esta crisis a la anterior?
La de hace unos años tuvo una gran afectación. La gente no podía pagar la vivienda, y el problema eran las hipotecas.
Ahora afecta a los alquileres, y el diálogo entre inquilinos y propietarios es muy diferente al que se establece entre un deudor y un acreedor, ya que el mercado del arrendamiento está muy atomizado.
Es difícil llegar a acuerdos para rebajar o aplazar las rentas, por lo que la administración deberá ayudar a los que no pueden pagar para evitar más desahucios.
Fuente: La Vanguardia
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