Una serie de consejos para vencer el miedo y el estrés ante la selectividad les viene realmente bien a los alumnos de este curso de pandemia.
Este año los alumnos vivirán la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad, la antigua selectividad) más insólita hasta el momento.
Primero, tuvieron que cambiar las aulas por el ordenador durante meses. Lo que ha derivado en cierto desconcierto en el temario.
A esto, se sumaba la incertidumbre de no conocer saber cómo ni dónde se realizarán los exámenes, algo que se resolvió hace unos días.
Todo ello ha contribuido a que los niveles de ansiedad y estrés que desencadenan estas pruebas sean aún más elevados.
El impacto de estas emociones suele manifestarse en irritabilidad, susceptibilidad, mal humor, insomnio, algún malestar físico, aparición de pensamientos negativos, miedo al fracaso y a quedarse en blanco.
El componente emocional
Pese a todo, existen técnicas para minimizar el impacto de la inquietud y el desasosiego ante la primera EBAU bajo el dictado del coronavirus.
Ocho técnicas para preparar los exámenes
1. Transformar la negatividad
Este escenario puede desencadenar un clima de negatividad en quienes se exponen a la EBAU, una visión de la realidad que puede influir en forma de bajo rendimiento.
“Puede contribuir a ello pensar que todo es diferente. También, que la educación recibida en remoto ha sido de menor calidad”, – explica Álvaro Merino, profesor de la Universidad Europea.
Sin embargo, Merino invita a los alumnos a cambiar ese enfoque y afrontar estas pruebas desde su propia experiencia.
EL profesor recomienda que conviene centrarse en los aspectos que se parecen a los de años anteriores, más que en las diferencias.
2. Centrarse en un objetivo
Quien se enfrenta a la EBAU –conocida como selectividad– lo hace con una intención. Pues precisamente esta meta puede ser una de las herramientas para maximizar el rendimiento.
Se puede conseguir incidir todavía más en esa positividad integrando una visión en el cometido.
“La visión es el escenario que te imaginas al acabar la selectividad. Ser capaz de plantearse un futuro ayuda a aumentar la autoeficacia» – continúa el profesor de Esade.
3. Ante la presión, más preparación
Es un hecho que la crisis sanitaria eleva la presión en diversos aspectos de la cotidianidad y los estudiantes no escapan de ella.
“Es posible que perciban mayor presión por la situación actual, pero se suele reducir con buena preparación. Como en tantas cosas de la vida, los atajos no existen” – comparte Merino.
4. Dedicar un tiempo al cuerpo
El ejercicio físico genera endorfinas, algo que reduce el estrés y mejora, además, la capacidad de trabajo.
“Se recomienda volver a practicar los deportes que se realizaban antes del confinamiento, mantener los paseos, o tomarse un tiempo al día para practicar yoga, meditación o cualquier actividad física” – indica Royo.
5. Mantener las rutinas
El cerebro no lleva bien la desorganización. Menos aún, cuando se encuentra con altas dosis de presión.
“Las rutinas de estudio posibilitan una normalidad que el cerebro agradece, ya que aumenta la capacidad de retención, de análisis y de estudio continuado” – señala Royo.
Fuente: La Vanguardia
Deja tu comentario