Los agricultores respiran algo más aliviados tras, curiosamente, ponerse en pie de guerra contra el Gobierno durante el mes de febrero pidiendo precios más justos, entre otras cuestiones.
“Ahora está todo más tranquilo. Tenemos la responsabilidad de sacar adelante la producción para garantizar el suministro a la población”, explica el secretario general de la UPA, Lorenzo Ramos.
Además, en algunos productos como los tomates se está pagando el precio real y en otros como las berenjenas se están produciendo incrementos.
No obstante, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha reclamado que se autorice la celebración de los mercados de venta directa y de proximidad de productos agrarios, ante la suspensión generalizada tras las medidas de contención de la pandemia por coronavirus. Algo que el Gobierno no contempla.
La pérdida de estos canales de venta directa, unida al cierre de comedores escolares al que muchos agricultores suministraban alimentos en distintas comunidades, suponen un grave perjuicio para las explotaciones agrícolas que utilizan estas vías de comercialización (en torno a 25.000 en nuestro país), así como para los consumidores que optan por este canal de relación directa con los productores.
Deja tu comentario